Entrevista a Edgardo Rodríguez Juliá
Entrevista a Edgardo Rodríguez Juliá
María del Mar López-Cabrales
Rocío Vélez Pesante
-
Dos escritores caribeños
entrevistados
O
María del Mar López-Cabrales y Rocío Vélez Pesante
conversan con Edgardo Rodríguez Juliá
D
NEl 28 de mayo nos encontramos con el escritor puertorriqueño Edgardo Rodríguez Juliá en la librería
) la Tertulia, frente a la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Allí sentados, frente al mismo
recinto del que el escritor se había jubilado como catedrático y no tan lejos del pueblo de Aguas
eBuenas, donde pasó su niñez y las primeras etapas de transición de Puerto Rico hasta convertirse en
y Estado Libre Asociado, transcurrió nuestra charla. Su primera novela, La renuncia del héroe Baltasar
o(1974), nos transportó al siglo XVIII con una historia ficticia de un levantamiento de esclavos en
( Puerto Rico, cuya técnica narrativa hizo de su novela un retrato metafórico de la cruda historia del
Adesarrollo de la nación puertorriqueña.
Esta obra desencadenó una carrera literaria que hoy en día cuenta con más de una veintena de
Snovelas, relatos, crónicas y ensayos, que han hecho de Rodríguez Juliá uno de los más celebrados
Rescritores puertorriqueños.
E Galardonado con premios como el “Premio Bolívar Pagán” del Instituto de Literatura de Puerto
Rico y la beca “Guggenheim de Literatura”. Rodríguez Juliá también fue columnista del periódico
VEl nuevo día, de Puerto Rico, entre 1989 y 2002. En la tierra del encanto nos habló sobre su carrera
N(desde el inicial hasta sus planes futuros), el efecto que tiene la tecnología en la literatura y sus
experiencias como escritor y profesor universitario en Puerto Rico.
O
Muchas de sus novelas muestran el San Juan de su recuerdo y su presente, lo cual ciertamente rescata
parte de la historia de esta ciudad y de Puerto Rico. Según su experiencia ¿cuál es el tono actual de la
literatura puertorriqueña contemporánea sobre los temas históricos de la isla?
Pienso que esa recuperación histórica, que de alguna manera está relacionada con el tema de la
identidad, se ha puesto en entredicho, por lo que cada vez se cultiva
menos. Fue, sin embargo, una preocupación central en mi generación
de escritores. Eso no quiere decir que la ciudad, como ámbito de esa
historia, desde la reciente hasta la más actual, no sea una temática
recurrente en nuestras novelas, cuentos y poemas, ello desde la
novelística noir de Matos Cintrón hasta la existencial de Lalo,
pasando por los cuentos de Juan Carlos Quiñones y los poemas de
Hjalmar Flax.
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Con respecto a su novela La renuncia del héroe Baltasar ¿cuál fue
su propósito al mostrar una serie de eventos ficticios en su “pesadilla
histórica”, esa historia de Puerto Rico del siglo XVIII tan parecida a los
eventos y circunstancias de la revolución haitiana?
Primeramente, lo que intenté desde un principio con esa
novela fue una reescritura de la leyenda de Coll y Toste
sobre el Santo Cristo de la Salud. Luego se volvió más
ambiciosa la propuesta. Cuando se escribió esa novela
no había mucho conocimiento sobre las rebeliones
de esclavos en Puerto Rico. Recuerdo que para
aquella época leí The Black Jacobins de James y
esa es una interlocución que está tanto en el
trasfondo de La renuncia como de La noche
oscura. Ese concepto de “pesadilla de la
historia”, que viene de Joyce, sería una
manera de ilustrar nuestra historia a través de su reverso, que sería la historia haitiana. Cuando
terminé La renuncia había, a través de la nueva historiografía puertorriqueña, más conocimiento
sobre aquellas épocas un tanto desconocidas, sobre todo en lo que toca a las relaciones características
de la esclavitud. Lo más fascinante es que tanto en La renuncia, mi primera novela, como en La
piscina, mi novela más reciente, trato sobre un matrimonio interracial, la unión de la blanquita
con el negro, o en el caso de La piscina con el mulato. Ese tema es muy autobiográfico. Lo curioso
es que yo lo haya tratado con tanto distanciamiento narrativo en La renuncia.
¿Cuál ha sido el aspecto más importantes que ha aprendido sobre Puerto Rico gracias a su vocación
como escritor?
Lo más importante es la poca importancia que tiene la literatura en nuestra sociedad. Es una
actividad marginal y poco reconocida, aún entre los universitarios y la gente más culta de
nuestra sociedad. Cuando empecé a escribir pensaba que mi generación de escritores sería
capaz de seducir a un público lector amplio. En mi caso no sucedió así, a pesar de que he
escrito sobre los temas más variados, desde el béisbol hasta las lechoneras, desde la salsa hasta
el urbanismo. En ese sentido ha sido una vocación que terminará en la perplejidad sobre sus
frutos.
¿Cuál es el origen de su interés en las crónicas mortuorias, como la de “El entierro de Cortijo”?
Crónicas mortuorias escribí dos, Las tribulaciones de Jonás y El entierro. En el primer caso se
trataba del entierro de un caudillo político que transformó al país. Leí en aquel acontecimiento,
y no me equivoqué, el final del (...truncated)