La crisis teatral de los años veinte en España
Teatro: Revista de Estudios Culturales / A Journal of Cultural Studies
La crisis teatral de los años veinte en España
Mar Rebollo Calzada
Performance Studies Commons
Universidad de Alcalá de Henares; Part of the Spanish and Portuguese Language and Literature Commons; and the Theatre and
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LA CRISIS TEATRAL DE LOS ANOS VEINTE EN ESPAÑA
Mar Rebollo Calzada
(Universidad de Alcalá)
El problema de la crisis del teatro resultó complejo y de larga dilucidación
en unos años de desorientación donde el pensamiento teórico teatral, manifestado
mayormente en la prensa especializada, no llegó a encontrar respuesta adecuada en la
práctica escénica. En este articulo se apuntan las causas de esta decadencia así como
las soluciones que se propusieron en aquel momento para el resurgimiento escénico.
Las publicaciones del periodo que debatieron el tema en sus páginas han servido
como documentación prioritaria en este análisis.
The problem of the crisis of the theatre tumed out to be complex and of long
elucidation. in a few years of disorientation where the theoretical theatrical thougth
demonstrated mainly in the specialized press, did not manage to find response
adapted to the scenic practice. In this article there sign the reason of this decadence
as well as the solutions that they proposed in that moment for the scenic resurgence.
The publications of the period that dealt with topic their pages have.
Planteamiento de la crisis
La decadencia artística del teatro se expuso como un problema
urgente de la cultura española a lo largo de los años veinte. Por un
lado, la crisis se planteaba como actividad recreativa y manifestación
pública (retraimiento del público intelectual, creciente indiferencia por
el espectáculo, etc.); y por otro, la decadencia afectaba al teatro como
actividad artística y manifestación cultural.
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El fenómeno se presentó de forma singular, desde un
sentimiento de inferioridad no sólo con respecto al teatro en el resto de
Europa, sino también del propio teatro español respecto a otras
actividades artísticas del país. "Nuestro teatro actual no es ni el que
corresponde al estado actual del teatro europeo, ni el que corresponde
al estado actual de nuestra vida artística" denunciaba Ricardo Baeza en
las páginas de El SoV.
El progresivo empobrecimiento cultural del público fue parejo
a la deserción del espectáculo de los espíritus más agudos. Así, por
ejemplo Valle Inclán declara en una entrevista en El Heraldo de
Madrid no haber ido más que una sola vez al teatro en quince años: "El
actor español, por lo común, es muy mediano. Y no hablemos de las
compañías, de los conjuntos, (...) son peores aún"^. También Alberto
Insúa prefiere leer un drama a verlo malogrado en la escena al igual
que "ciertos hombres de amplísima cultura y fina sensibilidad [que] no
van nunca al teatro'".
La importancia y la trascendencia del teatro en una colectividad
ha venido siendo un índice certero de su vitalidad y de su cultura. El
siglo de oro literario español coincidió con una etapa de plétora
nacional. Lo mismo se puede decir del teatro griego clásico, el
isabelino inglés y el fi-ancés bajo Luis XIV. En este sentido integral el
teatro es producto de una colectividad y corresponde estrictamente a la
cultura nacional. Ello permitió decir a Bemard Shaw: "tanto interesa a
una nación el tener un buen teatro, como una buena administración,
una buena enseñanza, un buen ejército y un buen clero"".
El concepto del teatro como arte nacional fue defendido
convincentemente por Cipriano de Rivas Cherif, argumentando la
inspiración directa de cualquier drama en el sentimiento popular de la
masa a quien la representación se dirige. Razón por la cual denuncia la
situación de nuestro arte escénico:
' Ricardo Baeza. "El trascendental problema del teatro", en El Sol (19 de octubre de
1926).
" José Luis Salado. "Los novelistas ante la escena: En quince años Valle-Inclán no ha
ido más que una vez al teatro", en El Heraldo de Madrid (14 de agosto de 1926).
Alberto Insúa. "El nuevo teatro que debe ser leído", en La Voz (15 de abril de
1924).
•* Palabras recogidas por Ricardo Baeza. en El Sol (19 de octubre de 1926).
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Hoy día el teatro español pierde todo carácter, de una parte por abandono de
la menor preocupación política; es decir, social, ciudadana; de otra parte por
abandono de la menor preocupación expresiva; es decir, literaria y artística.
El desistimiento español es tal en todos los órdenes de la vida nacional, que
es muy posible que ya no haya modo de encontrar compañía capaz de
aventurarse a la consecución de un público".
Históricamente la década de los veinte coincide con el
momento de transición entre la dictadura de Primo de Rivera y los
primeros pasos de la Segunda República. En estos años resultaba
difícil separar lo que trascendía ser crisis social o estética, problemas
económicos o espirituales, cuestiones políticas o asuntos
dramatúrgicos:
España atraviesa ahora, nadie lo niega, un complejo movimiento de su alma
co (...truncated)